Midiendo la Reducción de Ruido con Sismógrafo

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Midiendo la Reducción de Ruido con Sismógrafo

Estamos rodeados de ruido. Coches que circulan por avenidas próximas, camiones que recogen la basura, obras, segadoras cortando la hierva o el césped, conversaciones en mitad de la calle o el grito de alegría de los pequeños al salir del colegio si vives próximo a un colegio.

Todo esto se vio parado casi de un día a otro por la pandemia del Covid. Los dirigentes políticos de la mayoría de los países instaron a los ciudadanos a quedarse en sus casas y mantener el distanciamiento social para frenar el avance del virus. La actividad económica freno en seco, industrias no esenciales cerraron a cal y canto sus actividades, los pequeños dejaron de ir al colegio, y las personas en mayor o menor medida trabajaron desde sus casas.

Estos cambios de actividad se han visto registrados en los sismógrafos de todo el mundo.

 

Un sismógrafo es un instrumento que mide y registra las ondas sísmicas que se mueven a través de la tierra como resultado de un terremoto. Del mismo modo miden todas las vibraciones que se producen en el suelo. 

Lo que comenzó como una anécdota por parte de Lecocq mostrando los resultados el sismógrafo al estar la mayoría de la población en sus casas, despertó el interés del resto de sismógrafos a lo largo de todo el mundo.

Según sus palabras fue algo que no había sucedido nunca a escala mundial.

A parte de la reducción de la actividad humana, otros factores que influyen decisivamente en estos resultados sismográficos son la reducción de la actividad industrial.

También influye la posición del sismógrafo dentro de la población. En ciudades como Bruselas se ha visto una reducción en torno a un 30 a 50 por cierto más baja que la medida media, mientras que en ciudades como Nepal esta reducción ha llegado casi al 80 por ciento.

Esta mayor tranquilidad y relajación auditiva servirá a los expertos para detectar y analizar ruidos que antes eran más difíciles de oír dentro de la maraña acústica.

Desde ruidos naturales en nuestro planeta como corrientes de aire, el ruido de las aguas en el cauce de los ríos o los leves terremotos que se producen por todo el mundo al día (el año pasado hubo una media de unos 1.600 terremotos por todo el mundo). Este trabajo de recopilación de datos servirá para estudiar un estado único en el que nos hemos encontrado durante las primeras fases del confinamiento y del estado de alarma.

Esperemos el análisis refleje aspectos positivos de esta disminución de contaminación acústica y se tenga en cuenta a la hora de recuperación de los países a su actividad normal.