El ruido

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LOS EFECTOS DEL RUIDO

Es difícil «definir el ruido» con precisión. Se han dado definiciones que giran alrededor de los conceptos de sonido desagradable, sonido no deseado, sonido perjudicial, molesto, perturbador o dañino para quien lo percibe. El ruido actúa a través del oído sobre el sistema nervioso del ser humano. Cuando el estímulo sobrepasa determinados límites, se produce sordera y efectos patológicos, tanto instantáneos como diferidos. A niveles mucho menores, el ruido produce malestar y dificulta o impide la atención, la comunicación, la concentración, el descanso y el sueño.

La reiteración de estas situaciones puede ocasionar estados crónicos de nerviosismo y estrés, lo que a su vez, lleva a trastornos psicofísicos, enfermedades cardiovasculares y alteraciones del sistema inmunitario.

«EL RUIDO» es un problema de gran importancia económica en la sociedad moderna. La disminución del rendimiento escolar o profesional, los accidentes laborales o de tráfico, ciertas conductas antisociales, la tendencia al abandono de las urbes, la pérdida de valor de los inmuebles y un largo etcétera son algunas de las consecuencias. La combinación de todos los factores anteriormente descritos ha convertido en inhóspitas muchas ciudades, deteriorando en ellas fuertemente los niveles de comunicación y las pautas de convivencia.

Por razones económicas, la industria está haciendo un considerable esfuerzo para combatir EL RUIDO y desarrollar productos silenciosos e intentar lograr condiciones controlables en oficinas y fábricas en lo que a ruido se refiere. Sin embargo, no siempre resulta posible establecer relaciones explícitas entre el ruido y sus efectos sobre los humanos. Algunos de estos efectos son de tal importancia, que desemboca en que las empresas y las industrias estén gastando anualmente cantidades considerables de dinero para lograr entornos con un cierto confort acústico.

EL RUIDO: ASPECTOS LEGALES

Tal es la importancia que El Ruido tiene en la actualidad, que en España entró en vigor el 19 de octubre de 2007 el Real Decreto 1367, por el que se desarrolla la Ley 37/2003 (Ley del Ruido), de 17 noviembre, en lo referente a zonificación acústica, objetivos de calidad y emisiones acústicas. Su objetivo es prevenir, vigilar y reducir la contaminación acústica, para evitar y disminuir los daños que de ésta pueden derivarse para la salud humana, los bienes o el medio ambiente.

Hasta esta ley, El Ruido carecía de una norma general reguladora de ámbito estatal, y su tratamiento normativo se desdoblaba entre las previsiones de la normativa civil en cuanto a relaciones de vecindad y causa de perjuicios, la normativa sobre limitación del ruido en el ambiente de trabajo, las disposiciones técnicas para la homologación de productos y las ordenanzas municipales que conciernen al bienestar ciudadano o al planeamiento urbanístico.

Tales eran las implicaciones que la Ley del Ruido podía tener en la edificación, como consecuencia de que los edificios fueran considerados por la citada Ley como parte del Medio Ambiente y, en concreto, como receptores acústicos, que era necesario modificar la normativa acústica vigente (NBE – CA – 88), la cual trataba las condiciones acústicas en los edificios desde el 29 de Septiembre de 1998.

El ruido

Este hecho, junto con la entrada en vigor del nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) el 29 de Marzo de 2006, hizo que la Ley del Ruido demandara a éste un sistema de verificación acústica de las edificaciones. En consecuencia, el 24 de Abril de 2009 entró en vigor la nueva normativa contra el ruido expuesta en el “DB – HR Protección frente al ruido”, documento del cual se espera que establecerá las exigencias de aislamiento acústico frente al ruido exterior e interior de los edificios. Concretamente este Documento Básico especifica parámetros objetivos y sistemas de verificación cuyo cumplimiento asegura la satisfacción de las exigencias básicas y la superación de los niveles mínimos de calidad propios del requisito básico de protección frente al ruido.

El objetivo de dicho requisito, consiste en limitar, dentro de los edificios y en condiciones normales de utilización, el riesgo de molestias o enfermedades que el ruido pueda producir a los usuarios como consecuencia de las características de su proyecto, construcción, uso y mantenimiento. Para satisfacer este objetivo, los edificios se proyectarán, construirán y mantendrán de tal forma que los elementos constructivos que conforman sus recintos tengan unas características acústicas adecuadas para reducir la transmisión del ruido aéreo, del ruido de impactos, del ruido y vibraciones de las instalaciones propias del edificio; y para limitar el nivel reverberante presente en los recintos. Por lo tanto, podemos basarnos en la idea principal de que el ruido se produce en unos focos sonoros o fuentes (calle, televisor, discoteca, carretera…), se transmite a través de un medio (cuerpos sólidos, líquidos, aire…), y por último, llega al receptor (un individuo, una comunidad…).

FUENTES GENERADORAS DE RUIDO

El grado de contaminación ambiental y por tanto de RUIDO en los grandes centros de población debido al ruido, tiene cada día más trascendencia, por lo que se trata de estudiar y conocer con profundidad las fuentes sonoras y sus características físicas, para disminuir los niveles de ruido que generan y proteger a las personas de este fenómeno. Con el conocimiento de estas fuentes de ruido podremos conseguir que los recintos tengan el ambiente acústico adecuado, permitiendo que las actividades que se lleven a cabo en los mismos, se desarrollen con normalidad y mayor confort. Las fuentes de ruido más importantes se pueden dividir en dos grandes grupos:

Fuentes de Ruido Externas a la edificación Como por ejemplo: el ruido debido al tráfico rodado, al paso de trenes, al tráfico aéreo, al tráfico marítimo, a las obras públicas, a las actividades industriales, a las actividades urbanas comunitarias y a los agentes atmosféricos.

Fuentes de Ruido Internas a la edificación Como por ejemplo: el ruido debido a las personas, a los impactos, a los aparatos de radio y televisión, a los aparatos electrodomésticos, a las instalaciones de fontanería y calefacción, a los ascensores, a las instalaciones de ventilación y climatización, a las instalaciones eléctricas y a otras fuentes (como animales).

Fuentes de el ruido

VÍAS DE TRANSMISIÓN DEL RUIDO

El ruido puede alcanzar a un oyente o receptor por diferentes caminos, el medio o los caminos pueden ser numerosos y el receptor puede representar una única persona, un grupo, una comunidad completa, o un equipo cuyo funcionamiento se vea afectado por el ruido.

Las principales vías de penetración pueden ser las que se exponen a continuación, clasificadas en dos grandes grupos:

Ruidos que penetran en el recinto por la vía de transferencia aérea

  • A través de las aberturas y grietas en las paredes.
  • A través de los conductos de ventilación.
  • A través de los poros en paredes duras y continuas.
  • Por vibraciones elásticas de la pared (vibraciones de flexión) que separa el recinto que se desea aislar del que contiene las fuentes.

Ruidos que alcanzan el recinto después de generarse y propagarse a través de cuerpos sólidos

  • Como resultado de las vibraciones del material de las paredes, convirtiéndose ellas mismas en radiadores de sonido (transmisión de ruido de impacto).
  • Por vibraciones longitudinales elásticas de paredes no adyacentes (transmisión por flancos), que se propagan por el espesor de las paredes y son radiadas al recinto por las paredes laterales.
  • Por vibraciones de maquinaria transmitidas a través del suelo, cimientos y otras partes de la estructura del edificio.

La práctica totalidad de los locales de trabajo están expuestos a niveles sonoros que perturban la actividad normal y el bienestar de las personas. El ruido que se genera en los locales por fuentes internas es muy variado y procede desde unos pocos focos localizados hasta un número importante de focos no localizados y distribuidos por todo el local de manera aleatoria.

Evidentemente, problemas diferentes exigen soluciones diferentes, con frecuencia, además, el problema exige más de una solución simultáneamente. El ruido se encuentra entre los contaminantes más típicos producidos por las industrias. La legislación que afecta a la acústica industrial es compleja, pues abarca normativas medioambientales, directivas de máquinas y normas de seguridad e higiene.

Las fábricas son fuente generadora de producción y riqueza. Sin embargo, a la par que productoras de bienes útiles para el hombre, han traído siempre consigo el inconveniente de producir contaminación, agresiva para su entorno y para las personas que trabajan en su interior y aledaños. Muchas son las formas de contaminación que pueden ser producidas por la acción del hombre en las fábricas. Cuando se trata este asunto, normalmente pensamos solamente en los residuos sólidos líquidos y gaseosos que estas fábricas producen. Sin embargo, debemos considerar otros contaminantes que, aunque no sean tan «palpables» como los residuos, sí pueden ser tan penosos de soportar y tan agresivos o más que éstos.

SOLUCIONES PARA LA INSONORIZACIÓN DE RUIDOS

Para combatir el ruido hacemos uso de La insonorización acústica  que es cualquier forma de reducir de la presión sonora entre una fuente de sonido específico y el receptor. Se dispone de varios enfoques básicos para la reducción del ruido:

El aumento de la distancia entre la fuente y el receptor, el uso de barreras de ruido para reflejar o absorber la energía de las ondas procedentes del sonido, el uso de estructuras de amortiguación tales como deflectores de sonido, o el uso de generadores de sonido antirruido activos.

La casuística de problemas de insonorización acústica es muy variada y los fundamentos de dicha insonorización deben ser considerados en el diseño de soluciones acústicas para mejorar el sonido dentro de los espacios que queremos insonorizar o acondicionar.

La reducción y el control del ruido se pueden utilizar para extinguir el ruido no deseado. La Insonorización puede suprimir ondas sonoras indirectas no deseadas, tales como los reflejos que causan ecos y resonancias que causan reverberación. Insonorización puede reducir la transmisión de las ondas sonoras directas no deseadas desde la fuente a un receptor involuntario a través del uso de la distancia y los objetos que intervienen en la trayectoria del sonido.

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